PT
A proposta que se avança com o presente Seminário é o da possibilidade de compreensão do cinema como modelo de conhecimento e da geografia como médium, e não apenas o inverso. O de mover o ponto de discussão para conceitos a que o cinema dá origem e o de tensionar a geografia como elemento constitutivo do fenómeno cinematográfico, ousar a densa interpenetração de epistemes geográficas e epistemes cinematográficas que operam na constituição do mundo. Se os desenvolvimentos na teoria fílmica deslocam a análise bem para além do celulóide, para lá da interpretação do filme como representação de certos temas, incluindo a tentativa de compreender os textos como forma de criar conceitos e acções tendo em conta aspectos como o acto de ‘vêr’ um filme, os contextos sócio-culturais ou os sistemas de interpretação, também na teoria geográfica temos assistido à deslocação da análise para além do estudo dos fenómenos espaciais dentro das categoriais convencionais de interpretação. Incorporando o diálogo com o universo das representações, o cultural turn, ou as abordagens pós-estruturalistas, a geografia abriu a possibilidade de repensar categorias e conceitos como dispositivos passíveis de instaurar novos debates nomeadamente em torno da natureza da própria experiência estética, dos fluxos de permanência-impermanência agudizados pela cultura visual que inauguram outras territorialidades, ou da dimensão emocional da produção do conhecimento e da prática do espaço. Acompanhando os movimentos críticos que marcaram o desenvolvimento da ciência contemporânea, o cinema tornou-se elemento essencial do processo de produção do conhecimento. Percebido como ilusão e tecnologia, o cinema tornou-se central na produção de meta-narrativas praticamente desde a sua origem. Entendido como parte essencial de um complexo conjunto de teorias e práticas desenvolvidas por um vasto número de sujeitos e disciplinas, o cinema levanta profundas questões sobre as instâncias de construção de significados que operam aos mais diversos níveis, desde a mobilização dos mecanismos de estruturação de subjectividades à mobilização dos mecanismos mais amplos de formação social. Concretamente, na relação com a geografia, o cinema permitiu a consolidação de diferentes projectos teóricos, não como mero elemento figurativo ou exemplo textual que concretiza através de uma forma simbólica um elemento do mundo material, mas com participação directa na construção e difusão de conceitos operativos com os quais lidamos no quotidiano. Neste sentido, perceber a ideia de ‘intervalo’- ‘intervalos’, remete para uma pausa necessária ao gesto de pôr em contacto, de arriscar planos de equivalência epistémica, por forma a que falar de cinema deixe de ser meramente falar de ficção, entretenimento ou arte, ou ainda, do acto de documentar uma verdade testada cientificamente. Por forma a que falar de geografia deixe de ser meramente a adopção de uma matriz discursiva forjada na modernidade e circunscrita ao domínio de um sistema codificado de signos, negociado por grupos dominantes e reconhecido como legítimo dentro de uma ordem cultural estabelecida. Este exercício possibilita o desvelar de um ‘entre’ que não é um acto furtivo de hibridação, mas que emerge do processo dinâmico de pôr em contacto permitindo romper com ordens simbólicas consolidadas em estádios sucessivos e nas mais diferentes configurações, que apontam outros desenvolvimentos nos circuitos de produção de conhecimento. Tal é um dos objectivos deste Seminário, e do livro que aqui se apresenta; tomar o cinema como parte integrante do processo de construção do conhecimento e gerador de significados desde o momento de produção ao momento de recepção de cada filme por cada interlocutor activo, contrariando a tendência de mostrar o cinema como ilustração de constructos pré-estabelecidos, como fossilizador de uma alegada fisionomia da paisagem, rebatendo a ideia da figuração da terra pelo filme como retrato não dialogante. Cada um dos contributos fornecidos pelos autores que participam neste Encontro é em certo sentido um punctum barthesiano, um momento de disrupção entre o mundo e o expectador que draga o conhecimento para lá de um ponto fixo. Um detalhe específico que nos faz repensar a geografia como empreitada bem mais do que humana e o cinema como um estado de tempo passível de referenciar numa carta sinóptica. E porque investidos da dinâmica de forçar o para lá de cada imagem, de dealbar no ponto cego de cada filme, as vozes aqui convocadas configuram uma espécie de adição ao processo de montagem de cada obra. Um movimento fora do espaço diegético que o prolonga e recoloca a experiência e o processo de produção de conhecimento. |
ES
En el presente Seminario proponemos la comprensión del cine como un modelo de conocimiento y la geografía como un medio, y no lo inverso. Queremos mover la discusión hacia los conceptos que el cine genera y tensionar lo geográfico como elemento constitutivo del fenómeno cinematográfico y así, servirnos de la densa y compleja interpretación de los epistemas geográficos y cinematográficos que se manifiestan en la construcción del mundo. Si en el desarrollo de la teoría fílmica se deslocaliza el análisis más allá del celuloide para la interpretación de las películas como representación de temas concretos, incluyendo el intento de comprender los textos como creación de conceptos y acciones que consideran tanto el acto de “ver” una película, los contextos socio-culturales o los sistemas de interpretación, también en la teoría geográfica asistimos a la deslocalización de los análisis más allá de los fenómenos espaciales dentro de las categorías convencionales de la representación. Con la incorporación del diálogo en el universo de la representaciones, o el cultural turn, o las premisas pos-estructuralistas, la geografía abre la posibilidad de repensar categorías y conceptos como dispositivos aptos para instaurar nuevos debates entorno, por ejemplo, a la naturaleza propia de la experiencia estética, de los flujos de permanencia no-permanencia donde la cultural visual puede proponer nuevas territorialidades, o la dimensión emocional de la producción de conocimiento y de la práctica espacial. Junto con los movimientos críticos que marcaron el desarrollo de la ciencia contemporánea, el cine se ha convertido en un elemento esencial en el proceso de producción de conocimiento. Al percibirse como ilusión y tecnología, el cine deviene central en la producción de meta-narrativas ya desde su origen. Además, como parte esencial de un conjunto complejo de teorías y prácticas llevadas a cabo por un vasto número de sujetos y disciplinas, el cine plantea cuestiones profundas sobre los procesos de construcción de significados que operan en los más diversos niveles, desde la movilización de los mecanismos de estructuración de subjetividades a la movilización de los mecanismos más amplios de formación social. Para el caso concreto de la relación con la geografía, el cine permite la consolidación de diferentes proyectos teóricos, no solo para utilizarse como elemento figurativo o ejemplo textual que a través de una formación simbólica se remite a un elemento del mundo material, sino como la participación directa en la construcción y difusión de conceptos operativos con los que lidiamos lo cotidiano. En este sentido, percibir la idea de “intervalo/s” remite a la pausa necesaria tanto en la acción de poner en contacto, como la de trazar líneas de equivalencia epistémica, que implica que hablar de cine deje de ser hablar meramente de ficción, entretenimiento o arte, o incluso, del acto de documentar una verdad contrastada científicamente. Y también para que hablar de geografía deje de ser la adopción de una matriz discursiva forjada en la modernidad y circunscrita en el dominio de un sistema codificado de signos, negociado por grupos dominantes y reconocido como legítimo dentro de un orden cultural establecido. Este ejercicio posibilita ubicarse en un “entre”, que no es un acto furtivo de hibridación, sino que más bien emerge de un proceso dinámico del propio contacto, que permite romper con las órdenes simbólicas consolidadas en estadios sucesivos en las más diferentes configuraciones, que apuntan a otros desarrollos en el circuito de producción de conocimiento. Este es uno de los objetivos de este Seminario, y del libro que presentamos; considerar el cine como parte integrante del proceso de construcción de conocimiento y que genera significados desde el momento de producción al momento de recepción de cada película en cada interlocutor activo, de modo contrario a la tendencia de mostrar el cine como ilustración de construcciones pre-establecidas, como algo que fija una fisonomía concreta del paisaje, rebatiendo la idea de la figuración de la tierra mediante el cine como retrato que no dialoga. Cada una de las contribuciones de quienes participan en este Encuentro es, en cierto sentido, un punto barthesiano, un momento de disrupción entre el mundo y el espectador que redirige el conocimiento más allá de un punto fijo. Un detalle específico que nos hace repensar la geografía como una empresa más allá de lo humano y el cine como un estado de tiempo que puede reverenciarse en una carta sinóptica. En esta dinámica de ir más allá de cada imagen, de amanecer en el punto ciego de cada película, las voces que se han convocado, configuran una especie de edición del proceso de montaje de cada obra. Un movimiento fuera del espacio diegético que prolonga y recoloca la experiencia y el proceso de producción de conocimiento. |